Observaciones obvias, naturalezas bélicas y cinco notas al pie sobre Nacido para Matar

Ante una película tan desconcertante y extraña en su forma y estructura narrativa como esta, quizás convenga empezar hablando de ella partiendo de dos obviedades. La primera es decir que Nacido para Matar debe ser la única película sobre la guerra de Vietnam en la que no llueve. De hecho, debe ser la única que no tiene una sola escena que transcurra en territorio selvático. Lo más cercano a un momento con iconografía propia de una película de Vietnam se da en un plano fugaz desde un helicóptero en el que vemos campesinos corriendo por unos sembrados. Después asistimos a paisajes urbanos (varios de ellos destruidos por bombas) y un espacio que combina unos árboles dispersos en medio de edificios que se incendian. La razón por la que esto pasa es sencilla: Nacido para Matar no fue filmada en ese país sino en paisajes de países europeos y en escenarios construidos en estudio, de ahí también que prácticamente ninguna escena del film pareciera transcurrir en ese territorio oriental. El crítico chileno Héctor Soto señaló una vez que la razón por la que pasaba esto es porque Kubrick quería señalarnos que Vietnam en este caso era circunstancial y que la película no hablaba de una guerra en particular sino del fenómeno de la guerra en sí (interpretación que, por otro lado, se haría bastante frecuente). No obstante yo disiento de esta mirada. La Patrulla Infernal si podría considerarse como una película bélica que transcurre más en un espacio de pesadilla kafckiana que en la Francia de la década del 10, pero Nacido para Matar está inevitablemente ligada a la guerra de los 60, a sus implicancias políticas y el rol de los Estados Unidos. Después de todo es un film que juega permanentemente con la ironía de un montón de soldados a los que una Marina quiere volver máquinas sin poder de decisión propia para que puedan luchar curiosamente por una supuesta “libertad”; también Nacido para Matar habla del desencanto de los soldados durante la guerra y las tergiversaciones que la prensa hizo en su momento. A diferencia de La Patrulla Infernal además, Kubrick no mezcla actores de diferentes nacionalidades sino que se vale de actores norteamericanos -en una película además que alude muchas veces a iconografía propia de la cultura americana-, algunos de ellos incluso como el propio R. Lee Erney componiendo un estereotipo de entrenador militar americano.

Si acaso este Vietnam no parece Vietnam es porque la narración está distorsionada por el punto de vista de su narrador, lo que vemos es el relato subjetivo de una persona que mira todo desde una óptica particular que parece deformar sus vivencias mezclando la realidad con su traumas y sus sueños. Desde punto de vista, el mundo que plantea Nacido para Matar se toca con el de La Naranja Mecánica, otra película de Kubrick atravesada en su estética por la mirada del personaje. La diferencia radical entre De Large y el Joker de esta película bélica es que en el primer caso tenemos un personaje al que siempre le gusta estar en el centro de la escena, Joker, en cambio, casi nunca aparece como destacado dentro del grupo. Por el contrario, el personaje es casi siempre tomado atrás de otros soldados y ni siquiera logra desarmar a la vietnamita que mata a su mejor amigo hacia el final del film. La razón de esto es sencilla: Alex De Large es alguien que parece haber nacido para ser el centro de la escena y el protagonista de todo tipo de espectáculos -violentos o de «reforma»-, Joker está presionado para ser parte de un grupo y convertirse en un engranaje más del cuerpo de la Marina. Ya desde las mismas secuencia de crédito en la que aparecen los soldados rapados vemos como quien narra la película no es otra cosa que un soldado más, un chico que dura en el plano tanto como cualquier otro personaje y cuyo pelo rapado sólo termina siendo parte de la montaña de cabello que se ve hacia el final de los créditos iniciales.

Los soldados de Nacido para Matar, perfectamente alineados con la voluntad de ejercer una máquina en la que cada miembro sea un engranaje de una máquina colectiva de matar.

Vayamos por la segunda observación obvia: Nacido para Matar es la película más claramente dividida en dos de Stanley Kubrick. Por supuesto, se me dirá que esto es algo que se da de manera seguida en SK, y que es incluso una de sus marcas autorales más conocidas. Sin embargo en ninguna película esta división es tan evidente como en este film bélico, ni siquiera en 2001: Odisea en el Espacio, en el cual al menos un fundido encadenado entre un hueso y un satélite nos conectaba el universo primitivo con el moderno. Nacido para Matar pasa del entrenamiento al enfrentamiento bélico con una brusquedad desconcertante. Dicha brusquedad no viene tanto en el sentido de continuidad dramática (era lógico que el protagonista Joker pase de entrenarse para la guerra a ir al frente de batalla) sino en continuidades estilísticas. Nacido para Matar parecen dos películas diferentes, con estilos diferentes, apenas unidas por dos personajes. Justamente, una de las características más desconcertantes del film es que Joker, como protagonista y narrador del film, nunca vuelve a hablar del soldado Gomer Pyle, de su suicidio en el baño y del asesinato del coronel Hartman. Esta brusquedad se da de manera tal en la narración que hay quienes han interpretado que lo que se ve en la parte del entrenamiento es un sueño de Joker, mientras la segunda parte es lo que Joker vivió para tener ese sueño. Esta teoría estaría apoyada por el hecho de que la primera parte sea mucho más onírica que la segunda, y que en la escena de la golpiza del pelotón a Pyle culmine con un soldado diciéndole al chico que todo lo que está viviendo es una pesadilla (1). Hay si, entre las dos historias, elementos comunes extraños que se asientan como enigmas en la película: el más evidente es la forma en la que termina la segunda parte respecto de la primera: con dos francotiradores expertos atrayendo a sus víctimas a donde ellos quieren para poder matarlos. Gomer Pyle llamando la atención de Hartman para poder dispararle en el baño del entrenamiento, la vietnamita buscando intencionalmente que el pelotón de americanos vaya a un territorio para poder matar todos los que pueda. Al mismo tiempo Gomer Pyle y la francotiradora saben que lo que están haciendo es suicida y por eso ambos hacia el final deciden autoejecutarse, el primero directamente pegándose un tiro, la segunda pidiéndole a un soldado americano que le dispare por piedad. Hay otras figuras recurrentes que aparecen tanto en un episodio como el otro: la figura de Mickey Mouse y la de John Wayne, y hasta el militar Hartman, que parece repetirse en la segunda parte con el coronel que le dice a Joker que lo obedezca como a Dios. Por otro lado, para mostrar la ausencia de jerarquías frente a un contexto de locura, el final de la primera parte termina con un soldado desobeciendo a su superior, y  hacia el final de la segunda parte de Nacido para Matar, los soldados ya no les interesa quien es el jefe y sólo buscan la venganza (2). También hay en ambos episodios una relación extraña con el humor. Siendo que el film está siendo contado por un personaje al que le dicen Joker (bromista), no es casual que la película esté atravesada por una comicidad negro y que haya personajes como el Coronel Hartman que parecieran salidos de una historieta (3) (después de todo, Joker también es el nombre con el que se lo conoce al personaje de El Guasón de Batman).

La francotiradora vietnamita. A punto de morir en ralenti, como lo hace Pyle en la escena del suicidio y los soldados compañeros de Joker. Acaso una forma de mostrar que por primera vez el narrador siente empatía por el enemigo.

En ambos episodios también ocurre algo y es que el humor parece encontrar límites. En el primer fragmento el coronel Hartman causa gracia con su forma creativa de insultar y sus dichos políticamente incorrectos (entre los que se encuentran frases racistas y expresiones blasfemas desconcertantes para alguien que se muestra como católico), uno también puede ver una inteligencia en el coronel Hartman, una habilidad para manipular a sus tropas (como cuando descubre la inteligencia de Joker a partir de desafiarlo a decir que no cree en la Virgen Marìa), sin embargo toda la gracia que puede ejercer Hartman se diluye y se transforma en horror cuando vemos como castiga brutalmente a Pyle.  De modo similar, en la segunda parte de la película hay un humor retorcido, capaz de bromear con el propio sentido de la aventura y el goce que puede sentir un soldado ante situaciones que elevan su adrenalina y en las que matar no tiene que tener un precio legal.  Basta ver para esto la escena de la batalla musicalizada con Surfin`Bird, puesta inmediatamente después de que un soldado sonríe cuando logra matar un enemigo.

Sin embargo, el tono de humor retorcido de la película termina en el momento en el que Joker y el pelotón tienen que enfrentarse a la francotiradora vietnamita. Allí incluso la película marca que el humor se acabó desde el momento mismo en el que Joker quiere hacer un chiste y un compañero suyo le dice que ya no hay espacio para bromas. A partir de allí también las muertes que antes eran mostradas fugazmente y en plano general son exhibidas de pronto en cámara lenta, exhibiendo así que estos asesinatos  le importan a Joker puesto que no se trata de enemigos a los que no conocía sino de miembros de su propio pelotón.

 La guerra como comedia oscura en el clip de Surfin`Bird

Sin embargo hay una última cosa en común que hay en los dos episodios de Nacido para Matar, una que quizás sea la base misma de la película y que consiste en ver a personajes coqueteando con su propia aniquilación. El primer instinto autodestructivo lo tiene el propio sargento Hartman quien entrena sin saberlo a su propio verdugo Gomer Pyle (4), el propio Gomer Pyle, por otro lado, se desespera por encajar en la marina solamente para después no poder soportarse a sí mismo y suicidarse, los soldados del final de la película parecen menos preocupados por salvar a sus compañeros que por bordear el peligro estando cerca de la francotiradora vietnamita y al mismo tiempo la francotiradora vietnamita se expone a sí misma a ser asesinada por el pelotón. El propio Joker no parece estar ajeno a esta tendencia autodestructiva. Después de todo, él logra entrar en la marina como periodista y después de matar a su primer soldado vietnamita (un plano que dura segundos en el que vemos de manera seca como Joker agarra la ametralladora y defiende su territorio) provoca a su jefe de redacción para enviarlo al frente de batalla. No se puede decir que Joker no sabe a lo que se va a enfrentar antes de entrar a la guerra: vió los cadáveres cubiertos de cal, escuchó al psicópata del helicóptero diciéndole euforizado que la guerra es un infierno y documentó como periodista los horrores del enfrentamiento bélico (obviamente tergiversando los hechos, siguiendo la máxima del senador Johnson cuando dijo que en la guerra la primera víctima es la verdad). Entrar en ese lugar es también entrar a un territorio en el que su propia vida va a correr peligro. No es casual que Kubrick reflexione sobre este impulso autodestructivo, ya que en algún punto el tema de la guerra para este realizador siempre fue una cuestión que en el fondo no esconde otra cosa que el instinto del humano por destrozar su propia especie. Que es sino La Patrulla Infernal que una historia de unos generales que van contra sus propios soldados y que es sino Dr. Insólito que una guerra fría que se termina cobrando como víctima a la propia humanidad (5). El final de Nacido para Matar, con el paralelo entre el rostro moribundo de la vietnamita y el demencial de Gomer Pyle muestra que en un punto de la guerra ya no hay vietnamitas y americanos sino sólo seres humanos contra seres humanos, máquinas frías de matar enloquecidas por el contexto de una batalla en el que tanto las vidas ajenas como las propias valen muy poco.  Es verdad, de todos modos, que hay un elemento ambiguo hacia el final del film. Se trata del momento en el que el propio Joker decide revelarse parcialmente contra la voluntad del resto del pelotón y propone enterrar a la chica vietnamita. Finalmente lo que termina sucediendo es que Joker termina dándole un tiro de gracia a la chica, luego de que esta le pida que por favor la mate. En la novela original de Gustav Harford en la que se basa la película, los soldados terminaban por cortarle la cabeza a la mujer enemiga y jugando con la misma al fútbol. Esto último era un desenlace que dejaba en claro que el narrador estaba despojado de sentimiento alguno. En la película de Kubrick, en cambio, se optó por un final mucho más ambiguo y a su modo también más esperanzador. Joker le pega un tiro a la chica sin que sepamos bien si fue por furia (ella acaba de matar a su mejor amigo), por piedad (antes había pedido que la entierren), o por una rara combinación de ambos sentimientos. Lo vemos además vestir un signo de paz en su traje de soldado mientras en su casco dice «Nacido para Matar». De pronto la cámara corta y vemos a Joker entre un grupo grande de soldados cantando la canción de Mickey Mouse y la voz en off de Joker que dice estar feliz de estar vivo en un mundo de mierda. Esta última expresión, al mismo tiempo, puede tener dos connotaciones en la película, estar en “la mierda” designaba por un lado la posibilidad de estar en el terreno impiadoso de la batalla, pero también estar en “un mundo de mierda” es lo que Hartman le decía a los soldados que pasaría si alguno de ellos tendría piedad de su enemigo y empezaría a dudar antes de matarlo. Acaso en ese tiro ambiguo de Joker, Kubrick ve la posibilidad de algo: que el arma que le dieron para matar se haya convertido de pronto en un instrumento para hacer un sacrificio compasivo, rompiendo la lógica maquinal asesina que trataron de inculcarle a Joker. También esa posible expresión piadosa encierra la posibilidad de que  Joker haya podido diferenciarse de su entorno y buscado una identidad personal en un mundo que lo obliga a ser un engranaje más de una maquinaria asesina (acaso también por esto uno siente que Joker necesita deformar la realidad que vivió desde su gusto por lo cómico, como una necesidad de asentar su personalidad y diferenciarse del resto). Es en suma una forma mínima de esperanza, pero es también parte de una idea de conservar una dualidad particular en el ser humano que a Kubrick le fascinó mostrar  en Nacido para Matar más que en ninguna otra película: el hecho de que nuestra raza sea  la única que se extermina a sí misma pero también la única capaz de experimentar compasión y amor, quizás Nacido para Matar sea la única película que logre poner de manera tan refinada y sutil esta dualidad sin terminar de decidirse por una y dejándonos a la deriva entre soldados cantando la canción de Mickey Mouse y un escenario de pesadilla fascinante hecho de marchas perfectamente coordenadas y paisajes caóticos de edificios que se incendian.

Hernán Schell

(1) esta interpretación de pensar a la primera parte de la película como un sueño y a la segunda como parte de la realidad que vivió el protagonista como para tener ese sueño se ha aplicado también muchas veces a Mullholand Dr. de Lynch. De hecho no pareciera casual que un admirador Kubrick como Lynch haya empezado con las películas fuertemente marcadas por ser divididas claramente en dos pedazos después del estreno de Nacido para Matar (piénsese en Twin Peaks: Fuego camina conmigo, Carretera Perdida y la mencionada Mullholand Dr.). Por otro lado, el cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul tiene a Nacido para Matar como una de sus películas preferidas y uno puede ver su influencia en la extraña Tropical Malady.

(2) De hecho, para señalar la ausencia de autoridad hacia el final del primer episodio vemos a Hartman morir en el baño -lugar poco «épico» para morir si los hay-, vistiendo su gorra militar de coronel, una musculosa y calzoncillos.  Esta vestimenta recuerda aquella que vestía el cabo de La Patrulla Infernal cuando quería «impresionar» con su jerarquía a un soldado. Dicha forma de impresionarlo consistía en presumir el saco militar que llevaba puesto, el problema es que abajo del mismo se veían tiradores y el torso desnudo y poco estético del militar. En las dos películas esta utilización ridícula de la vestimenta militar marca hasta que punto en tiempos de guerra el nivel de locura llega a tal punto que  las jerarquías carecen de validez y empiezan a ser ridículas.

(3) prestar atención al plano en el que se pone al coronel delante del cartel un dibujo de un militar y uno pareciera ver tanto al personaje como al material de base dibujado colgado en la pared.

(4) es interesante señalar que esto parece ser casi inconsciente por parte del propio Hartman. Cuando empieza la película dice que mientras el soldado más aprenda de él, más lo va a odiar. Siendo que Pyle es el que más aprende de todo el pelotón, es lógico que sea el que más lo odie y que Hartman por ende sea la primera -y última- víctima que Pyle asesine cuando se reciba de marine. Por otro lado, Pyle no tiene porque interpretar que Hartman deba ser considerado su aliado simplemente porque es de su misma nacionalidad, después de todo el propio coronel había dado como ejemplos de grandes marines a Lee Harvey Oswald, el asesino del presidente Kennedy.

(5) Malick, un admirador de Kubrick, plantea en La Delgada Línea Roja este mismo dilema al reflexionar abiertamente sobre la guerra poniéndola como la prueba de que el ser humano es la única especie que combate contra sí misma. Por otro lado otra admiradora de Kubrick como Kathryn Bigelow plantea en Vidas al límite otro planteo similar al de Nacido para Matar: la idea de que un soldado puede sentir un raro y oscuro placer en la adrenalina de la guerra. De hecho tanto la película de Kubrick como la de Bigelow se caracterizan por utilizar los ralentis cuando un soldado recibe un impacto y por terminar con el protagonista caminando hacia una misión militar.

31 pensamiento sobre “Observaciones obvias, naturalezas bélicas y cinco notas al pie sobre Nacido para Matar

  1. cabe

    Gracias Hernán!

    cuando la estrenaron recuerdo haberme sentido violentado por la película de una manera extraña… como sólo Kubrick puede hacerlo…

    Dejé esta peli en stand by para revisión (es la única)… vamos a ver qué me pasa ahora…

    😉

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  2. diana maria garcia zibara

    nacido para matar es una película donde son muy maltratados por el sargento que exagera es decirles palabras ofensivas e hirientes antes ,es una persona vulgar que se ve que no tiene respeto ni por las mujeres con las vulgaridad que les dice a ellos que repitan,al final enloquece ce uno de los militares ante tanta presión y termina matándole a el y suicidándose como cualquier psicópata,esquizofrenico, irónicamente el sargento lo entrena donde le enseña a manejar el arma con al que lo sale matando,utiliza su enseñanza para después destruirlo y que tal pegarle por que no cree en la virgen solo por que el le es sincero terrible ,pero es una buena pelicula

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  3. Danny E

    A mi la película me pareció buena, entretenida pero que no me llenó tanto como el resto de las películas de Kubrick, eso si, no me he visto Eyes wide shut y he visto que mucha gente se resiste a esa película, incluso muchos hablan de que es la peor de kubrick, tendría que verla para poder emitir un concepto sobre la que menos me gusta..!

    Mis agradecimientos al Sr. Schell por su conceptos!!

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  4. Belén Iglesias Martínez

    Esta película es una de mis favoritas. Me ha gustado mucho el hincapié del análisis entorno al tema de la autodestrucción

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  5. diana maria garcia zibara

    la película ojos bien cerrados es criticado por el tema que trata ,su ritmo es un poco lento,la verdad es difícil de ver para el televidente

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  6. Karina Puente

    Esta es una de las películas de Kubrick que menos me gustan. Pero, es muy interesante el tema de la autodestrucción y la dualidad de nuestra especie. Y la sensación del absurdo de la guerra que nos estalla en la cara o nos traspasa la piel sin piedad, como en los otros films de este director que tratan sobre enfrentamientos bélicos. También me parece muy divertida la autocrítica hacia el género masculino. Ya que el director plasma ese emporio de la testosterona que es esa escuela militar a modo de caricatura. Hartman usa las palabra “señoritas” para denigrar a los soldados y todo el tiempo destaca al pene como si fuera un arma más. Es constante la alusión que hace de “cogerse” al enemigo y el súmmum de la ridiculización es mostrar a los aprendices marchando mientras sostienen con una mano el rifle y con la otra se agarran el pene como si fuera una extensión del rifle u otra versión de la misma cosa. Joker no se destaca de sus compañeros, pero a la vez por sus miradas se intuye una mirada compasiva o crítica a lo que está viviendo en el entrenamiento y al mismo tiempo él quiere ser parte de eso. Pareciera tener una resistencia pasiva o inconsciente que se somete a su deseo de destruir ya que, a pesar de elegir ser periodista llegado el momento quiere estar en la línea de fuego. No sentí que la primera parte haya sido un sueño, el cambio abrupto, me pareció lógico reflejando un sistema tan agresivo, y en el cual con dos meses de entrenamiento estos jóvenes, que no son de carrera militar, se transforman o pretenden transformarlos en armas letales. Por la mirada de Joker creo que él asesina la francotiradora por piedad, ya que la otra opción era dejarla agonizar y ser comida por las ratas, como propone su compañero de pelotón. El final es tan patético que nos deja la clara sensación de vivir en un mundo de mierda, y encima estar contentos por sobrevivir siendo parte de tanta miseria. Ahora que lo pienso mejor, está muy buena esta película.

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    1. Anabella

      Hola Karina ¿cómo estas? Definitivamente tienes toda la razón en lo que dices respecto de la masculinidad de los hombres (las mujeres también son masculinas).En mi opinión, el ejercito es el lugar más machista que puede existir sobre la tierra. Pero no sólo es un lugar machista sino facho, completamente facho, pues, como bien lo retrata Kubrick en «Nacido para Matar»entre los hombres se suele usar todo lo que sea femenino para ofenderse y denigrarse su género, como si lo femenino fuera la cosa más estúpida, insípida y e indigna del mundo. Para los hombres, en su mayoría, lo que tenga que ver con la mujer el sinónimo de debilidad, inutilidad y degradación. No puedo entender por qué para ofenderse entre ellos y resaltar su macho cabrío usan siempre a la mujer o lo femenino. Ser mujer, niña, madre, etc, son adjetivos peyorativos muy comunes en el lenguaje de los «hombres», por ejemplo, cuando se dicen «no seas marica», un marica es una persona afeminada, débil, inútil, motivo de vergüenza, etc. El punto es que el film me gusta porque deja ver el lado no sólo bélico de los hombres sino su lado más facho, machista y excluyente respecto del género femenino.

      Saludo,

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  7. jesus omar garza cano

    Full Metal Jacket es una grandiosa película con un tono de humor negro. De nueva cuenta la dirección de SK es perfecta y como siempre la cuadratura y el perfeccionismo. La película marca por que el mensaje es sobre la autodestrucción de los humano y ala vez de la compasión. Para mi junto con Apocalipsis Ahora de Francis Ford Coopola y Pelotón de Oliver Stone. Full Metal Jacket se coloca como una de las mejores películas de cine belico.

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  8. Ernesto Gómez

    A mí, sin duda, es la película de Kubrick que «peor cuerpo» me dejó. Quiero decir que los temas que trata fueron los que más me llegaron adentro y me hicieron pensar al finalizar la película: esa dualidad, esa autodestrucción, etc., aun si bien no supe identificarlos a cada cual por su nombre si no que para mi fue todo una amalgama de sentimientos encontrados.

    Muy buen análisis Hernán, me ha gustado mucho!

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  9. leo

    eso del limite del humor se ve tambien cuando joker llega al nuevo esucadron, y le muestran lentamente un vietnamita disfrazado de soldado norteamericano. Al principio hay un tono jugeton. En cuanto vemos que se trata de un cuerpo sin vida, el tono cambia bruscamente. Esta es sin duda una de las peliculas mas incomodas de Kubrick: se ve el maltrato verbal como algo gracioso en un principio, para luego mostrarnos como puede volver loca a una persona; se muestra una excelente escena de accion para luego ver como un soldado tiene piedad por una mujer vietnamita o no. Una de mis peliculas belicas favoritas. No se porque pero veo esa incomidad presente en Zero Dark Thirty, otra gran pelicula sobre la guerra, y sobre la violencia en general.

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  10. Natalia Alonso Arduengo

    Simplemente fantástica!!!!

    Un gran acierto la tajante división en dos partes. Y magnífico el uso de la cámara lenta como intensificador dramático.

    Me parece acertada la reflexión acerca de la adrenalina que provoca la guerra. Esa pulsión irreflexiva pero fascinante que causa el combate y que, a día de hoy, sigue más que presente, pues los ejércitos están formados por voluntarios y la reclutación ya no es obligatoria.
    Bien mencionada la película de Bigelow En tierra hostil (así llamada en España, supongo que será la titulada Vidas al límite en Argentina) en la que se refleja la irracional atracción de los militares por situaciones límite.

    Un saludo!

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  11. Jose

    Lo que más me llama la atención es su banda sonora llena de clásicos de los años sesenta y setenta. Kubrick ambienta cada magistral fotograma de la cinta con un nuevo detalle revelador de la miseria y soledad del alma humana con un telón de fondo duro: la guerra.

    Un diez.

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  12. Hill

    Un análisis preciso y certero sobre esta película de Kubrick, una de mis favoritas. Enhorabuena!!!

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  13. Jaime Ojeda

    Cuando ví la película, lo que más me llamó la atención fue la diferencia de relatos que divide en 2 la historia. Era como ver dos películas diferentes, dónde la primera bien podía ser un corto de terror psicológico y la segunda la culminación de una operación militar por un grupo inexperto.
    También me llama la atención como bien se podrían categorizar muchos films contemporáneos de guerra, bélicos o de entrenamiento militar, de acuerdo a estas 2 narraciones o enfoques.

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  14. Susy Freitas

    Muy interesante sobre todo lo discurso del crítico Héctor Soto, quien vio la película como un retrato de lo absurdo de todas las guerras, no sólo la guerra en Vietnam. Esta observación me hace estableciendo un vínculo entre Full Metal Jacket y el Dr. Strangelove, a pesar de lo absurdo de la guerra retratado en la película de Kubrick de 1964 aparece en forma de comedia.

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  15. Luciano Alonso

    Es de mis películas bélicas favoritas (Junto con Paths of glory) el punto de vista desde el que trata la guerra es muy inusual! Me encanta! Además en este film (como se menciona en el artículo) es el mejor ejemplo de como Kubrick solía «partir» o «dividir» sus películas en dos partes!

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  16. Angélica Arcos

    Lo que me encanta de la película es la musicalización, totalmente contraria a 2001 por ejemplo, cerrar con Paint It Black de los Rolling Stones nunca me lo hubiera imaginado en una película de SK. Como lo menciona Hernan en el artículo, usar Surfing Bird en la escena donde el soldado mata con una sonrisa al final es épica, no me imagino a Kubrick como un personaje rockero, pero aquí la música no tiene madre, por otro lado la dualidad que maneja Kubrick en todas sus películas es magnifica, nos hace odiar, creer, amar, pensar y reflexionar sobre la condición humana. También es impresionante su manejo de la cámara, la perspectiva que da del francotirador encuadrando perfectamente el blanco, las épicas llegadas de helicópteros (que si no mal recuerdo se había mencionado que le prestaron helicopteros y demás artifices militares, la propia marina de USA, corregirme si no es correcto), en fin si hay algo que adoro de Kubrick es su manejo de la cámara y la perspectiva, la musicalización, su escenografía, sus historias, sus personajes.. no bueno nunca acabaré.

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  17. henri_dl

    Excelente articulo que amplia mayormente el concepto de lo absurdo de las guerras, en donde desaparecen los heroes y los villanos y podemos ver la perpectiva palnteada por Kubrick en el sentido de que solo por medio del humor negro podremos entender la necedad humana de insistir en su propia autodestruccion. Peliculas bllicas hay muchas a lo largfo del cine, pero siente que ninguna tan polemica como esta. Cuando se compara la estructura y los planteamientos del cine belico americano durante los años 40 y 50 y su perspectiva de heroes y propaganda puede uno darse cuenta del cambio de enfoque adoptado por el cine contemporaneo es posible darse cuenta del alcance en términos de analisis que puede tener este tipo de peliculas y la reflexion a la que conllevan. Felicidades a todospor sus acertados comentarios.

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  18. Edgar García

    Excelente análisis, al igual que el video, me encantó la película, el personaje de Vincent Donofrio es excelente!

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  19. cabe

    En el comienzo del curso cité a esta peli como la que menos me había interesado de la filmografía de SK que había visto….
    Hoy asumo que, habiéndola visto en su estreno, fue una película que me violentó aun + q La Naranja…. y creo que eso me hizo alejar….

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  20. Milton Ribeiro

    O longa-metragem mostra a dinâmica de uma guerra travada sob moldes coloniais. É impressionante perceber que os códigos e as condutas militares são incorporadas pelos personagens de tal forma que evidencia a ótima direção.
    Neste contexto de guerra pessoas são mortas e violentadas, não só pelas armas, mas por situações de tensão que atravessam o filme todo!
    Creio que essa tensão seja tão bem explorada por ser retratar de uma crítica ao modelo de guerrear empreendido por impérios, pelos controladores do poder bélico do mundo

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  21. Sergio Blanché

    Hola! La chaqueta metálica es una lucha entre el bien y el mal, Kubrick «quiso hacer una película estilizada sobre la guerra, no necesariamente la de Vietnam, pero sí sobre el fenómeno de la guerra». Los va despojando de sus pelos, de sus nombres, hasta convertirlos en una masa anónima, en la que serán meros engranajes de una máquina de matar! Una vez más Kubrick juega con la ambigüedad y esa sensación de confusión en los espectadores sobre los personajes a los que no sabemos si sentirles lástima o si odiarlos profundamente. La contradicción es tan abstracta que Jocker lleva el símbolo de la paz en el pecho y una leyenda de «nacido para matar» en el casco…? que se traslada a la sensación absurda de la guerra, una terrible forma de acceder a los círculos del infierno! Como el excelente análisis de Hernán y los comentarios manifiestan es una mirada bien distinta sobre la guerra, sobre los aspectos psicológicos de la guerra. Kubrick apela nuevamente a su perfeccionismo, a su ironía, su poética visual, acompañada de esos encuadres magistrales para recorrer y acompañar la desolación y la perdida de la humanidad en esa batalla que nadie ganará!! Saludos.-

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  22. Nicolás Hernández

    Debo admitir que Full Metal Jacket no es mi película favorita de Kubric, al contrario, dista bastante de serlo. Por alguna razón no la encontré tan interesante o envolvente como sus otras películas. Esto no quiere decir que la película sea mala, en absoluto. La película es buena, su representación de la deshumanización a la que lleva la guerra y la violencia son admirables, y encuentro el momento cumbre de la película en la escena del baño, cuando ocurre el asesinato y el suicidio, que escena tan exquisita, donde se ve como el joven inocente, alegre y bondadoso que inicio su entrenamiento se había perdido por completo en los gritos, la humillación y el lodo que acompañaron su entrenamiento. En el baño solo queda un cascaron de un hombre que ya no tiene luz, que es tan ajeno a su humanidad que decide morir llevándose consigo al culpable de su desgracia. Una excelente escena de una pelicula buena, que aun no considero que sea la mejor de Kubrick, pero que sí sobresale y es mucho más satisfactoria que el promedio de los enlatados americanos, que dejan mucho que desear, y que no son capaces de construir un personaje como lo fue «Gomer Pyle» en Full Metal Jacket.

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  23. eric macias

    marionetas, se demuestra como en un momento hay control sobre el temor hasta que llega la locura de ver tanta violencia, me gusta mucho la toma que se mostro en la parte de arriba de como para documentar l agerra van ahciendo el paneo de derecha a izquierda captando de todo de lo tragico de un herido de gerra explocion de un tanque, fonde d euna ciudad destruida en llamas terminando con la comedia de los soldados en fila diciendo comentarios frente a la camara, como una parte esperanzadora enfermiza de la gerra

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  24. wolfman

    pasa todo en un ambiente urbano, porque la ofensiva TET OCURRIO en un ambiente urbano.
    «Full Metal Jacket» es la guerra en sí. Te enseña que la guerra, a veces es mejor que la sociedad, y que «el mundo de mierda» no es la guerra, sino el «civilizado y pacífico mundo» de los que duerme cómodos en sus camas.

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