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De qué se trata este libro
(por Hernán Schell)
Un conocido me dijo una vez que la cinefilia que empezó en los noventa se divide entre aquellos que admiran a Quentin Tarantino y aquellos que admiran a Tim Burton. Esta afirmación es, por supuesto, exagerada, pero no deja de encerrar algo de verdad. Burton y Tarantino son los dos únicos directores surgidos en los noventa (sí, claro, Burton empezó a filmar en los ochenta, pero el prestigio de su nombre comenzó en la década siguiente) cuya firma logró ser tan popular que supo imponerse por el nombre de cualquier estrella. O sea, El joven manos de tijera, Batman vuelve, Kill Bill o Jackie Brown lograban y logran ser reconocidas como películas “de” Tarantino o Burton antes que películas “con” Johnny Depp, Michael Keaton o Uma Thurman. Así es como Tarantino y Burton fueron, para muchos de los que empezamos a formar nuestra cinefilia en los noventa, los primeros realizadores en los que pudimos reconocer, desde un principio, un estilo claro, temáticas fáciles de identificar, obsesiones personales y la evolución de una obra con un sello propio. Fueron, en suma, los primeros directores a los que reconocimos como autores, incluso antes de saber qué significaba eso del autor. De ahí que, de alguna manera, este libro sobre Tarantino haya empezado a gestarse desde hace más de una dos décadas, cuando, en tiempos del VHS, yo empezaba a ver este cine de mafiosos parlantes y conversaciones “sobre la nada” con un ojo crítico, mientras comparaba una película con la otra y veía en todo caso si había mejorado o empeorado, o en qué había cambiado respecto de su obra anterior.
A lo largo de los años, durante la redacción de este libro y sus sucesivas revisiones, algunas películas de QT fueron más apreciadas que otras; largometrajes que consideraba obras maestras no terminaron siendo tan de mi agrado y otros, en cambio, crecieron mucho con el tiempo. Así fue como Perros de la calle, que consideré una obra maestra durante varios años, se me fue desdibujando con las sucesivas revisiones, y Kill Bill, a la que pensaba fallida, se fue transformando progresivamente en una obra imperfecta pero dueña de una ambición mucho mayor de la que había creído en una primera lectura.
No obstante los cambios y los pareceres que podía tener sobre QT, hay algo que siempre veo en su cine: el hecho de que, después de veinte años de actividad, Tarantino siga siendo uno de los cineastas más apasionantes para ser discutidos. Tal es así que uno de los artículos que más fervorosamente recomiendo sobre QT es “Los asesinos de la imagen”, de Thierry Jousse, un escrito contra el realizador de Tiempos violentos que la revista Cahiers du Cinéma sacó en el 95 y que puede leerse en la extraordinaria recopilación de textos del Cahiers du Cinéma que la editorial Paidós sacó bajo el título de Teoría y crítica del cine: Avatares de una cinefilia. Allí Jousse ataca con ferocidad la concepción cinéfila, estética y moral del cine de QT con argumentos discutibles pero fascinantes.
Puedo decir incluso que acaso la mayor causa de que este libro exista es la posibilidad de contribuir a la discusión que aún hoy se tiene acerca de este cineasta. Soy al menos de aquellos críticos que piensan que no hay mejor forma de ejercer el oficio que polemizando con interlocutores inteligentes; de ahí que uno de mis mayores incentivos para hacer este largo análisis sea que algunos de mis críticos preferidos (Jonathan Rosenbaum, Adrian Martin, Héctor Soto, el mencionado Thierry Jousse) le tengan poca estima a Tarantino.
Con respecto a su estructura, este estudio se constituye de una introducción y siete capítulos (varios de ellos con nombres extravagantes, en honor al gusto por el lenguaje del cineasta). La introducción consiste, en principio, en discutir los argumentos más comunes que existen contra el cine de QT, y luego hablar de las características generales de su obra cinematográfica. Como su cine me pareció siempre un hecho eminentemente frankensteiniano, creí relevante realizar una primera aproximación a su universo uniendo las influencias de cuatro directores (Martin Scorsese, Howard Hawks, Sergio Leone y Jean-Luc Godard) con los que la filmografía de QT tiene varios puntos en común. Por supuesto que desde ningún punto de vista pienso que ese cuarteto sea la única influencia del realizador (no habrá quienes me reclamen contribuciones claves a su cine como las de Samuel Fuller, Sergio Corbucci, Brian De Palma, Eric Rohmer, Seijun Suzuki, Kinji Fukasaku, Sam Peckinpah, Budd Boetticher o Jack Hill), pero sí son lo suficientemente importantes como para que, unidos, puedan empezar a trazar un mapa de las características generales de su cine.
El resto del libro simplemente consiste en un capítulo por cada película que dirigió Tarantino. Más allá de sus largometrajes, menciono al paso sus cortometrajes, concentrándome especialmente en “The Man from Hollywood”, la historia que hizo para Cuatro habitaciones. Hubiera deseado hablar mucho más de dos películas en las que participó como guionista y que fueron claves para su carrera: True Romance, dirigida por Tony Scott, y Asesinos por naturaleza, dirigida por Oliver Stone. También me ha quedado en el tintero (ni por aproximación dije todo lo que me hubiera gustado decir) explayarmesobre Del crepúsculo al amanecer, película que menciono casi al pasar en el capítulo sobre Jackie Brown y que hubiera merecido muchas más líneas.
Para terminar, vale mencionar los agradecimientos. Primero y principal —y si me disculpa el lector el cliché— a mi familia: a mi madre y a mi hermano. En segundo lugar, a Eduardo y Jorge Gemetto, además de Mariana Fossatti, que son los principales responsables de este libro online. También un especial agradecimiento a Maia Debowicz, crítica de cine, artista conceptual y dibujante que accedió a hacer la tapa de este e-book. A Martín Castro Malgor, por las discusones sobre cine (entre otras cosas), y a Ricardo Colombotto, por proporcionar material de todo tipo. Finalmente, a la gente de A Sala Llena (en especial a Jose Luis De Lorenzo) y de la revista El Amante Cine. El primero es el portal web en el que me desempeño actualmente; la segunda fue clave en mi formación crítica y cinéfila, tanto en mis años de estudio en la escuela de El Amante como en mis años de redactor para esta excelente publicación. De este último grupo, mi especial agradecimiento (por razones muy diferentes) a Gustavo Noriega, Mariela Sexer y Lilian Ivachow.
Por último, quiero agradecer a las dos personas más importantes que tengo hoy. A Paola Jarast y a mi hija. La primera es mi esposa, quien tolera mis escrituras trasnochadas y me ha ayudado siempre a pulir los textos. La segunda es mi hija, que aún no ha visto ninguna película de Tarantino ni tiene edad para entenderlas, pero que espero que alguna vez pueda disfrutar de este libro.
Créditos y reconocimientos
Título: Quentin Tarantino. Cine de reescritura
Autor del libro: Hernán Schell
Corrección: Micaela Berguer, Natalia Rodriguez Simón y Melisa Blanca Tassano
Ilustración de tapa y retrato del autor: Maia Debowicz
Diseño de tapa y maquetación: Ártica – Centro Cultural Online (www.articaonline.com)
1ª edición: julio de 2015
2ª edición ampliada: agosto de 2021 — Edición electrónica en PDF, 229 páginas, disponible para su descarga en www.articaonline.com
Licencia de la obra: El libro se encuentra publicado bajo una licencia Creative Commons Atribución – No Comercial 4.0 Internacional.
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