Última videoconferencia + Artículo Una Historia Violenta

Gente: Despedimos el curso con la videoconferencia de Promesas del Este que fue reemplazada abruptamente ayer por la de una Historia Violenta. A esto le sumamos un artículo de esta última película de la amiga de la casa Milagros Amondaray, a quienes ya leyeron en esta nota de eXistenZ.

Para acceder a la videoconferencia de Promesas del Este clickear acá. Y abajo les dejamos el artículo.

Saludos a todos.

UNA HISTORIA VIOLENTA: Todos los vivos y todos los muertos

“This is the face that stones you cold
This is the moment that needs to breathe
These are the claws that scratch these wounds
This is the pain that never leaves (…), some kind of monster, this monster lives”

“Some Kind of Monster” – Metallica

Toda la obra de James Joyce – particularmente Dublineses – está atravesada por una concatenación de epifanías. Este recurso representaba tanto para el propio narrador como para el lector un instrumento puesto al servicio de las revelaciones. El propósito que cumplen las epifanías es el de desquebrajar la sucesión de simbolismos para pasar una suerte de plataforma mucho menos abstracta. Así, la revelación no es más que una con múltiples faces. La revelación es, en definitiva, el momento exacto en el que atestiguamos cómo un personaje llega a conocerse a sí mismo. La carga simbólica que precede a esos instantes de inflexión tiene correlación con la sobreabundancia de espejos, pasillos, puertas que se abren y se cierran, luces intermitentes, penumbras, sitios habitados a medias. Los espacios se describen como se describen los personajes: ambos embebidos de una luz tenue. De un lado, la claridad. Del otro, la falta de. De un lado, los vivos. Del otro, los muertos. De un lado, el pasado. Del otro, la cotidianeidad siempre invadida por los coletazos de otro tiempo. Ni mejor ni peor. Simplemente un tiempo diferente. Pocos pasajes de Dublineses tan paradigmáticos como aquel en el que un personaje se reconoce únicamente cuando su rostro está frente a un espejo: “levantando la vista hacia lo oscuro, me vi”. De este modo, la epifanía se termina de erigir como una de oscuridad creciente, emancipada de cualquier sensación de alivio y con el ser humano de cara a lo concreto (su cuerpo, su piel, sus marcas) y de cara a lo invisible (sus culpas, sus pasados pesados y su necesidad de desertar, de matar su identidad para construir una nueva). Para Joyce, esa culpa es el motor que conduce al individuo a reinventarse. Mejor ejecutar una pequeña muerte en vistas de un renacimiento (el nuevo yo) que convivir con los fantasmas (el viejo yo).

Una historia violenta comparte muchos de los aspectos formales de Joyce, no sólo en cuanto a lo narrativo per se (desde la temática de construcción de la identidad hasta el pasado que irrumpe para desatar distintas clases de monstruos) sino también a su diálogo con el receptor, a todo lo que constituye el epitexto. Lo que propone David Cronenberg es aquello a lo que eventualmente llega todo autor: la puesta a prueba de su público mediante una reconstrucción del lenguaje. Una historia violenta carece de los elementos más espesos de las películas previas del realizador, de los orificios puestos de relieve, de las penetraciones salvajes y, sin embargo, termina siendo una de sus obras más viscerales, donde las entrañas no estarán por fuera porque se las observará de otro modo. Cronenberg cambia de traje pero la esencia permanece intacta y sobre ese ejercicio – emparentado con el de Joyce y su propio punto de quiebre – aludió en una oportunidad:   “Cuando James Joyce escribió Ulises, se trataba de un libro bastante experimental, pero la mayoría de la gente fue capaz de seguirlo. Sin embargo, después escribió Finnegan’s Wake y perdió a muchos lectores, porque para entender ese libro casi tienes que aprender un nuevo lenguaje y muy poca gente está dispuesta a hacer ese tipo de esfuerzo. De manera que te corresponde a ti como cineasta decidir lo lejos que quieres llegar en relación a lo amplio que sea tu público”. En cuanto a Una historia violenta – adaptación de la novela gráfica de John Wagner y Vince Locke el “esfuerzo” que demanda Cronenberg no es más que el de comprender que se está, por sobre todo, ante una película seca y contundente, donde los conceptos básicos de la filmografía del director son redefinidos con el fin de corroborar cómo siempre una misma cosa (y por “cosa” podemos entender un amplio rango de cualidades) es susceptible a ser invertida, a ser observada de otra manera. Así, la sangre palpable que corre en esta película es menos relevante que la sangre como algo abstracto, aquella que une tanto a un padre con su hijo como a un hermano con otro. Cronenberg muestra ambos vínculos bajo distintas perspectivas. Uno es más sólido y simétrico (la imagen del hijo de Tom Stall/Joey Cusack agarrando su escopeta es dura y precisa pero también sumamente poética) y el otro opera por antítesis (en un diálogo que aparenta ser trivial, Tom habla sobre los beneficios de la vida matrimonial, mientras que su hermano Rcihie discurre sobre los placeres de la soltería). Por otro lado, las mencionadas entrañas ya no constituirán ese componente viscoso clásico de Cronenberg, ya que ahora representan el mundo interior de los personajes, especialmente el de Tom como sujeto escindido, y eso es aún más aterrador. Lo invisible siempre lo es. Lo explicito tranquiliza, el manifestar es un modo de sacar la venda de los ojos. Por el contrario, lo que no se dice, lo que yace en las miradas, lo que no tiene correlación con el cuerpo y sus reacciones, es lo verdaderamente pesadillesco (la película abre con los gritos superpuestos de dos niñas inmersas en pesadillas contrapuestas). Una historia violenta es una película donde los diálogos son accesorios, donde lo que importa es el entrecruce de miradas entre Tom y su mujer Edie, entre Edie y el sheriff y entre Tom y sus hijos. Como en Joyce, las revelaciones se producen en espacios cerrados y en pleno ocaso, y siempre una de ellas funciona como espejo de alguna otra. El asesinato de Tom de los sicarios que llegan a su café tiene su paralelismo con el arrebato sexual que experimenta con su mujer en la escalera (otro rincón fundamental del film). Ambas escenas transcurren en lo oscuro y ambas son, a su manera, manifestaciones violentas, expulsiones, liberaciones, del monstruo interior. En esencia, epifanías del hombre reconociéndose a sí mismo.

Una historia violenta es también, y trayendo a colación a Ulises, una gran odisea. El viaje comienza con un plano de esos sicarios durante el día y en el exterior, quienes sin decir palabra ejecutan un encargo.  El viaje concluye con Tom volviendo a su casa a la noche, para sentarse en esa mesa, también sin decir palabra, y luego de su propio acto de violencia. Cronenberg va desde lo impersonal (esos dos hombres en un auto) hasta uno de los actos más personales que puedan concebirse (una familia compartiendo la comida) para nuevamente presentar la caleidoscópica visión del terror. ¿Qué resulta más escalofriante? ¿Los hombres del inicio haciendo correr sangre? ¿O un padre de familia que se ve forzado a enfrentarse? ¿Qué resulta más escalofriante? ¿Lo manifiesto o lo no dicho? En Los muertos, Joyce describió la conjunción de naturalezas, la sinergia entre los sobrevivientes de un mundo tirano con aquellos que quedaron en el camino: “Su alma se sumergía lentamente en el sueño, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre todos los muertos”. Una historia violenta interpela con esa precisa construcción de viñetas (la visita de Tom a su hermano, la simbólica última cena) y lo hace ubicando al pasado en ese espacio intermedio entre los personajes. Un pasado tan ineludible como condenatorio, un pasado donde el hombre convive con sus contradicciones, un pasado que lo obliga a matarse con el único fin de poder renacer.

23 pensamiento sobre “Última videoconferencia + Artículo Una Historia Violenta

  1. Edgar García

    Excelente videoconferencia, tanto como en Promesas del Este como en Una historia violenta, ya vemos aun Cronenberg más maduro, no tan obsesionado con el gore y quizás esto hizo que tuviera éxito en taquillas.

    Excelente curso Hernán, paso todo el año esperando por otro curso. Saludos

    Contestar
  2. Ismael

    La videoconferencia estuvo a la altura, con detalles y tips de la dirección de cine para poner en práctica. Saludos

    Contestar
  3. Sergio Blanché

    Hola! Muy enriquecedor el análisis y su correlación con el genial Joyce, en el final del curso… con un panorama más amplio sobre la muy recomendable filmografía de DC considero que a través de sus films pretende enfrentarnos a nuestros miedos más profundos, destrozando las capas que recubren nuestra seguridad personal, (a diferencia de otros directores que buscan un efecto similar acercándonos un peligro exterior), DC nos propone hurgar en nuestros propios demonios internos, no hay excusa posible para escapar de algo que, como el título de una de sus películas: «viene de dentro de nosotros», está en nosotros, y quizás también somos nosotros mismos. ¿Tenemos un lado maligno oculto? y Cronenberg nos empuja ha descubrirlo. La dualidad de la identidad que subyace en todos los personajes principales nos produce esa mezcla imposible de atracción e inquietud. Ha sido un gusto compartir junto a tod@s este curso! Saludos.-

    Contestar
  4. _YomoP

    Excelente articulo. Gracias a Hernán (y su equipo) por el curso con sus excelentes videoconferencias que permitió revelarme los simbolismos de Cronenberg. Saludos.

    Contestar
  5. Belén Iglesias Martínez

    Me ha encantado el artículo. Actualmente estoy leyendo la obra de Joyce y he podido comparar los rasgos comunes que señalas de su literatura con la película, algo que me ha resultado muy interesante y enriquecedor.

    Contestar
  6. Ana

    Magnífico artículo. En lo personal creo que la violencia tiene muchos rostros. generalmente se le asocia con sangre, muertes y golpes. Sin embargo, hay variadas formas de violencia, la simbólica, por ejemplo. O la psicológica. El caso es que el director DC lo ha entendido mejor que ninguno. Poner en la escena lo no dicho pero que causa horror y dolor no debe ser sencillo. Pienso que pocas personas tienen la sensibilidad para percibir esos detalles violentos de la naturaleza humana.

    Contestar
  7. Ana

    Ah! y es cierto que hay que hacer un esfuerzo gigante para comprender el lenguaje que utiliza DC en varios de sus films. Bueno, en realidad no es el único director que prácticamente parece hablar en otro idioma (es una forma de decir) las cosas a la que pocas personas estamos habituados.

    Contestar
  8. Ana

    «Conócete a ti mismo» dice Sócrates. Pero el camino hacia ese lugar profundo es largo y tenso. Enfrentarse consigo mismo es quizá una de las empresas más complejo para el ser humano. Pues, es más sencillo mirar hacia afuera que juzgarse a sí mismos. Podría parecer un suicidio intentarlo siquiera pues nos produce terror o indiferencia hacerlo.

    Contestar
  9. Ana

    Así como Rene Magritte intentó despertar la atención respecto a las cosas visibles y su relación con la invisibilidad también lo intenta DC con varios de sus films. Uno podría pensar que DC bien podría estar influenciado por el artista belga. El hecho es que las cosas no son únicamente como las vemos, no son solamente lo que está allí, son, como pensaría Magritte, también vehículos o instrumentos de una acción pensante. El pensamiento, según Magritte se nutre de imágenes o mas exactamente la imagen es lo que hace visible el pensamiento. Ahora bien, el hacer visible lo invisble es la gran misión de la creación artística y considero que DC es un verdadero artista en esa materia.

    Contestar
  10. Ana

    El más fácil ver el ser en otro que ver el ser en uno mismo. Pues lo real es lo que es pero la esencia se oculta a los ojos, a los ojos de la carne y a los ojos del alma y el espíritu. Lo «real» material siempre se muestra, pero lo «real» invisible no tiene existencia material en sí, sino que nace de su relación con lo visible.

    Contestar
  11. Ana

    Hernán, como siempre tus comentarios y clases muy precisas y profundas. Gracias por el esfuerzo que se ve que haces.

    Contestar
  12. Ana

    Me encantaría que se pudiera extender más el curso de DC para hablar y aprender mas sobre las películas recientes: «Un método peligroso», que me encantó porque soy amante del psicoanálisis y porque siempre se ha conectado esa disciplina con la filosofía y la literatura. Y para ver con más detalle «Cosmopolis» que me ha dejado francamente muy inquieta. Empezando porque es a primera vez que veo al actor principal haciendo algo serio (con todo respeto a los amantes de crepúsculo).

    Contestar
  13. Ana

    Honestamente me causó muchísima curiosidad el papel de Robert Pattinson en Cosmopolis, no se le ve tan patético como en la trilogía pero tampoco como un súper actor. Creo que ello tiene se debe a que siempre se vio en la saga. Bastante bizarro, intenté quererlo, apreciarlo en su papel de actor serio pero me fue imposible. Quizá en otra ocasión.

    Contestar
  14. Ana

    Y bueno, Cosmopolis es ciertamente una película muy muy rara, algo aburridora porque casi nunca salen del auto. También suficientemente extensa. Cuando uno siente que se llega el final ella continua. Es my difícil seguirla con el mismo ánimo.. De hecho mis amigos y yo nos reunimos piara verla y tuvimos que hacerlo en dos tandas haciendo una pausa de 15 minutos. No parece querer acabarse nunca.

    Contestar
  15. Ana

    La idea de encerrar a los personajes en el auto a conversar sobre los que sucede afuera hace pensar en la existencia quizá de un mundo literalmente «manejado» manipulado (cosa que es real, en verdad) por una máquina que no piensa ni habla y mucho menos siente, esa máquina esta representada, en mi opinión, por el mismo coche y no por el joven empresario. Y al mismo tiempo el coche parece un actor más, el más importante aunque casi invisible, un actor incógnito y silencioso que siempre esta presente en todo, que todo lo sabe, que todo lo puede pero que necesita definitivamente de otros con menos capacidad y astucia para poder conducir el mundo hacia donde quiera.

    Contestar
  16. Pingback: No me cierra - Blogs lanacion.com

  17. Sandro

    Me hubiese gustado que se hubiese profundizado más en el film «Cosmópolis», no sólo por la extraña selección del protagonista (Pattinson) sino porque sería una de las pocas películas de Cronenberg que tienen un transfondo del sistema económico contemporáneo.

    Sobre Método Peligroso se podría mencionar que, de alguna forma vuelve a un tema que ya estaba presente en Crash, y es el de las perversiones sexuales. Cuando vemos los castigos físicos y lo aberrante que termina teniendo la paciente junto a Jung.

    Sobre PROMESAS DEL ESTE, creo que la elección de Naomi Watts es bastante afortunada porque (como se aprecia en el film 21 gramos) su rostro transmite belleza, pero al tiempo una especie de tristeza o desconcierto.

    Considero que PROMESAS DEL ESTE envuelve cuestiones primordiales en el cine de Cronenberg como la deformación (en este caso en los detalles como la aparición exclusiva de cuchillos en una emulación del cine de mafias), los aspectos estéticos de la lucha y la presencia de sangre.
    Asimismo atmósferas que evocan cierta melancolía, ciertas zonas grises de nuestras emociones, como también las relaciones familiares disfuncionales e incluso aberrantes.
    Y, por último, las ambiguedades que están por doquier.

    Contestar
  18. IM

    Yo a una historia violenta la veo bastante emparentada con Retorno al pasado (lo cual no es necesariamente malo).

    Por otra parte, en esta primera película del «nuevo Cronenberg» (tal vez la más clásica de su filmografía) me pareció ver un rastro del «viejo Cronenberg» (aunque tal vez incurra en alguna imprecisión porque no volví a ver la película) cuando Tom le dice a la esposa que el gangster de antaño está muerto (ese asesino que habitaba en su interior, la amenaza que proviene de sí mismo) y que ahora es otra persona. Aunque a su pesar vuelve a bañar sus manos en sangre una vez más, y en su regreso a casa se reconoce como una persona distinta.

    En Promesas del Este veo menos rasgos autorales, es tal vez su película más impersonal.

    Contestar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *